PERGE


Perge aparece en la historia en el año 333 a.C., cuando se rinde a Alejandro tras la invasión macedonia de Panfilia. La ciudad es famosa por haber sido cuna de Apolonio de Perge, uno de los más grandes matemáticos de la era helenística, nacido aquí hacia el año 260 a.C. También era famosa por su santuario de Artemisa Pergea, que el orador Polemo, contemporáneo de Adriano, alabó como «una maravilla de proporciones, belleza y construcción». A pesar de su fama, no se han encontrado restos del santuario, aunque los arqueólogos turcos siguen excavando en su busca.

La carretera al yacimiento arqueológico pasa primero por el teatro y el estadio, que se encuentran a la izquierda antes de cruzar la puerta de la ciudad antigua. El teatro fue construido en el período helenístico y reconstruido en la era imperial romana, y su capacidad era de 14.000 espectadores. La escena se conserva casi completa.
En la escena pueden verse interesantes relieves sobre la vida de Dionisos, el dios del teatro, del vino y el éxtasis religioso. Uno de los relieves descrjbe el nacimiento de Dionisos, hijo de Zeus y Semele. Otra escena muestra a Dionisos con Artemisa Pergea, que le inició en los ritos de su culto y le enseñó a cultivar las viñas. Un tercer relieve representa una procesión dionisíaca, en la que el dios, acompañado por una bacante y un sátiro, es transportado en un carro tirado por dos panteras y decorado con hojas de viña y sarmientos.

El estadio, que tenía cabida para 12.000 espectadores, es el mejor conservado de Asia Menor después del de Afrodisias. 

Posiblemente fue erigido en el siglo u d.C, y su arena medía 34 x 234 m.
A la derecha de la puerta de la ciudad se encuentran los restos de un monumento funerario erigido a finales del reinado de Adriano; sabemos esto gracias a una inscripción que dedica el monumento a una rica dama llamada Plancia Magna, cuyo nombre aparece en otros muchos lugares de Perge como benefactora de la ciudad. La puerta principal y los muros que se alzan a ambos lados fueron construidos en el siglo IV d.C., después de que Perge se extendiera más allá de sus murallas originales, que sólo encerraban una pequeña área al norte de la acrópolis. Las deterioradas torres cilindricas de la puerta helenística original pueden verse enmarcadas por la puerta romana al acercarse a la ciudad. Las puertas interior y exterior estaban unidas por tabiques, y el muro este terminaba en el ágora. Durante el reinado de Septimio Severo (193-211 d.C.) se construyeron un ninfeo y unos propileos junto al muro oeste. Los propileos daban entrada a las termas romanas de la ciudad. A la derecha, entre el agora y la puerta exterior, se encuentran los restos de una estructura absidial que hizo las veces de iglesia a principios del período bizantino.
La puerta interior, con sus dos espléndidas torres redondas, construida en obra de sillería, es todo lo que queda de la muralla original de la ciudad helenística. Al pasar la puerta interior puede verse un magnífico patio en forma de herradura, desde el cual se entra a la ciudad tras cruzar un pórtico de dos pisos con tres vanos, estructura que Plancia Magna regaló a la ciudad de Perge en 120-122 d.C. En todos los nichos y pedestales de este patio había estatuas de emperadores y emperatrices romanos y de los fundadores de la ciudad.
El patio de la puerta interior da paso a una vía columnada que constituía la principal arteria de la ciudad; su pavimento de mármol todavía muestra las huellas del paso de los carros. La calle está dividida en dos por un canal de agua con una serie de estanques escalonados, regado por el ninfeo que se encuentra en su parte superior. La calle estaba flanqueada por estatuas, y a los lados de sus aceras había arcadas con tiendas. También había comercios en la arcada exterior del agora, una gran plaza de 65 m de lado, construida en el siglo iv d.C, probablemente al mismo tiempo que la muralla exterior. Esta calle y la que la cruzaba junto a su extremo superior dividían la ciudad en cuatro partes desiguales. En la esquina suroeste se hallan los restos de una basílica absidial que fue también el obispado de Perge en tiempos bizantinos; y en la parte inferior del cuadrante noroeste se encuentra una palestra dedicada al emperador Claudio por un ciudadano llamado C. Julio Cornuto. Las ruinas de la acrópolis, en la montaña que se alza al norte de la ciudad, son todas del período bizantino y fueron construidas sobre los cimientos del asentamiento prehistórico originalmente fundado por las «multitudes mezcladas» tras la caída de Troya.

2 comentarios:

  1. no me ayudo musho

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  2. Lo siento, pero creo que el lugar no ofrece mucha posibilidad de ayuda, es historia pura y poco más se puede ofrecer.

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